La dictadura actuó en Chile como una poderosa máquina de dispersión que
fabricó (además de todo lo demás) aislamiento e ignorancia. Así, personas que
fueron referentes para algunos jóvenes de los años 60-70 pudieron ser ignoradas
(no siempre, sin duda, no se puede generalizar al extremo) por jóvenes de otras
generaciones. Es el caso del profesor Lautaro Videla Stefoni. Cabría preguntar:
¿qué saben hoy de Lautaro Videla S. los jóvenes chilenos que se preparan a ser
profesores? ¿Saben algo? Ojalá que sí. Es bueno darse cuenta –en estos momentos
en que la Educación
ocupa un lugar tan importante en el debate público, en estos momentos en que
volvemos a plantearnos el problema de la Educación que queremos o que necesitamos– que no
partimos de cero. No partimos de cero. Tenemos grandes pedagogos en Chile, tenemos
“con qué” pensar que otra educación es posible. Porque ya fue posible. Y es que
a veces hay que mirar hacia atrás para reencontrarse con la utopía.
Teniendo esto en mente, queremos compartir un breve testimonio de quien
fuera un alumno de don Lautaro Videla Stefoni. Quien lo escribe se hace llamar
Plenilunio. Hoy también podría llamarse Bienvenido.
***
Me voy a referir a Lautaro Videla
Stefoni, alias el Choro Videla, o El Abuelo como se le denominaba
cariñosamente, ambos calificativos expresados con mucho respeto. Lautaro era
Trotskista y un grupo significativo de escolares de la Escuela Consolidada
Miguel Dávila Carson nos reuníamos en su casa de Goyocalán en la Población Dávila
para jugar canasta o ajedrez, o a conversar sin límites.
En la Escuela Consolidada,
a la salida de una clase dictada por el profesor Videla, al pasar por su lado,
él me dice: “Praxi, quédate, tengo que conversar contigo”. Y al salir todos mis
compañeros: “Oye cabeza hueca, dime la razón
por la cual te niegas sistemáticamente a traer el cuaderno en limpio de
lo ocurrido en mis clases cuando lo solicito para revisarlo, me obligas a
ponerte un 1 y bajas ostensiblemente tu promedio de notas en el ramo”. “Profesor
–respondo yo– cuando solicita el cuaderno Ud. dice ‘La próxima clase es
OBLIGACIÓN traer el cuaderno en limpio, el
que no lo traiga tendrá un 1’,
yo no hago las cosas por obligación, las hago porque es mi deber hacerlas”.
“Entiendo”, me respondió. En la
próxima clase en que solicitó el cuaderno en limpio dijo: “El jueves revisaré
el cuaderno en limpio, es obligación para todos, excepto para el señor Guerrero”.
Ese anuncio me costó sangre, y mucho sudor, ya que desde mi cuaderno de apuntes
hube de reconstruir todas las clases en que me había negado a presentar el
bendito cuaderno. Mi promedio subió visiblemente en Estudios Sociales, gracias
al cuidado profesional del profesor para con sus alumnos.
Me emocioné hasta las lágrimas
cuando supe de la muerte de mi profesor Lautaro Videla Stefoni.
Plenilunio
Más información.- Acá encontrarán
un texto leído en el cementerio Parque del Recuerdo dedicado a la vida y obra
del buen profesor: Homenaje a Lautaro Videla S. – Marzo 2012