"¿Qué
es lo que te ayuda a vivir en los momentos de desconsuelo y horror? La
necesidad de ganar o amasar tu pan, el sueño, el amor, la ropa limpia
que te pones, un viejo libro que relees (...) Todo lo que era bueno en
las horas de deleite sigue siendo exquisito en las horas de
desvalimiento. Los que cambian de opinión en la desgracia, como los que
se convierten en el momento de morir, confiesan con ello que han vivido
mal".
La Yourcenar, 1945 (en "Peregrina y extranjera").