sábado, 29 de septiembre de 2012
viernes, 28 de septiembre de 2012
Carta de Victor Jara
Compartido por Carlos Semorile a quien agradecemos.
De una carta de Víctor a Joan Jara, enviada
desde Londres en 1968:
“Mijita, de repente pienso que vivir en un país
donde tienes todo el mundo en tus manos a través de la noticia, con una
información tan “instructiva” e
“imparcial” es mucho más dañino que vivir en un país como el nuestro,
donde la noticia es manejada por otra nación que domina, pero, por
último donde no sientes, al menos en forma tan apremiante, la inutilidad
de la existencia. Si no, no me explico toda esa juventud drogada y que
se escapa de sí misma hacia cualquier lado para encontrar algo
verdadero, o que se suicidan para encontrar la única verdad de estar
vivo, la muerte. Con todo te colocan como con una estaca contra la
pared: con el hoyo en la yugular de Martin Luther King, con la vista de
la viuda llorando desconsoladamente a su lado; con el bombardeo de Viet
Nam, del hundimiento de un barco donde se salvaron unos pocos, del
estreno de una película de Tony Richardson, del color del rouge que se
usará esta semana o la nueva galleta para el perro. No tienes tiempo de
elegir o meditar tu elección. Si no escoges inmediatamente te quedas
atrás hasta que desapareces, Parece que a nadie le gusta ser uno mismo,
aunque se esté solo. Amorcito, Chile además de estar en manos de los
norteamericanos y de poseer otros defectos, es un lugar donde la tierra
es tierra y el pan es pan; un lugar donde se puede encontrar uno mismo y
encontrar a los demás con compás de verdadera vida, de vida pura,
natural. Ojalá que nunca la “civilicen” como acá. La prefiero así;
bruta, suelta y libre.”
jueves, 27 de septiembre de 2012
La niña de mis ojos
Dejo un poco a lo bruto un testimonio
sobre estos asuntos de cómo se miran los hechos o de las varias lecturas que
puede tener un hecho.
Fue así. Hoy iba de la mano con
mi hija de 6 años por un barrio de Buenos Aires que no es ni el más pobre, ni
el más rico, ni el más esto ni lo otro. Un barrio de arbolitos, pajaritos,
relativamente comercial y que tiene varias ventajas comparativas, como se dice,
entre esas que las cacerolas permanecen por lo general en las cocinas a lo
largo del año. Al llegar a cierta
esquina bastante transitada veo lo siguiente. Nótese que dije “veo”, no
escucho, porque el ruido en esa esquina es muy fuerte. Veo, en la vereda de
enfrente, un hombre con un montón de cajones de frutas desparramadas. Son
frutillas. Y veo a otro hombre con dedo amenazante que se aleja. Sigo mi camino mirando al que se aleja. No
entiendo totalmente la escena pero en algún punto la entiendo y no escucho a mi
hija que se enoja conmigo, pero es que cerca del pelao (es un pelao) hay un
niño y el niño llora y una mujer trata de calmar al hombre. (Horas después me
voy a acordar de Chaplin. Porque es muy llamativo. Pareciera que Chaplin hizo
obra futurista además de todo. Es tal el bullicio de las ciudades que una
escena así puede ser muda hasta el metro de distancia). Bueno, en eso le
explico a mi hija que pareciera que hay un problema pero que viene un policía y
que debe ser para arreglar el asunto (oh… candidez…). El policía viene y saluda
de beso al pelao… Termino de captar la escena y atravieso la calle. Se han
juntado varias personas con gestos típicos de “yo sé”, “yo vi todo”. Tres de
ellas están recogiendo las frutillas. Me arrimo y pregunto si puedo ayudar, me
dicen que sí. Luego otra y otra y otra. De pronto hay un montón de gente
recogiendo frutillas. Entre frutilla y frutilla, me voy enterando. El pelao vende
fruta del lado de allá del kiosco (de periódicos) y se enojó con este de acá
que estaba ofreciendo una promoción de frutillas. Vino y le tiró toda la
mercadería al suelo, toda, todos los cajones que son unos diez, los desparramó.
Una señora dice que fue a hablar con el cana “pero ese cana es un coimero, se
alzó de hombros y me dijo ‘yo no vi nada’, imaginate, como si uno fuera más que
el otro ¡si los dos venden en la calle!... y la calle no es de nadie”. Y cuando
todas las frutillas estuvieron en sus cajones, una vieja preguntó: ¿a cuánto
está el kilo? Y tras ella todas las mujeres preguntaron lo mismo (es un hecho
que eran todas mujeres salvo el vendedor, un hombre bajo, muy delgado, entre 40
y 50 años que no era precisamente un galán).
Mi hija me preguntó luego con la
bolsita de frutillas en la mano si era cierto que la fruta la había tirado un
borracho (es que hubo varias versiones). Le aclaré que no, que no era un
borracho, que era otro vendedor que no quería que… etc. Y la conclusión de esta
hija después de que las circunstancias fueran aclaradas fue la siguiente:
¿qué
buena es la gente, no mamá? Viste cómo todos ayudaron…
Por eso cuento la historia en
este espacio. No por la mano que arrojó. Sino por la que recogió (que no era
una). Y por los ojos.
Cándida
miércoles, 26 de septiembre de 2012
martes, 25 de septiembre de 2012
martes, 18 de septiembre de 2012
Tikitiklip
En la prolongación de la nota publicada sobre Paka Paka durante el mes de julio, les dejamos una muestra de un programa destinado a los niños realizado en Chile por Ojitos Producciones. “Cada videoclip es una pequeña historia en que los decorados y personajes son interpretados por diferentes artesanías tradicionales”. Además de los videos hay libros y otras realizaciones destinadas a niños de diversas edades. Pueden consultar la página: http://www.ojitos.cl/ Otros videos están disponibles.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Desde el alma
Desde... Chile, Luisa nos deja esta interpretación de Don Roberto Parra a quien hemos sabido querer... mucho
martes, 11 de septiembre de 2012
Las grandes alamedas
Carlos Semorile
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