Este texto, testimonio, carta,
gesto de amor, fue escrito pocos días después de que muriera Osvaldo Cedrón
(arquitecto, docente, militante peronista). Un ser entrañable. Hoy no es el
aniversario de nada pero no hace falta. Del “Cholo” es bueno acordarse todos
los días. En los días de sol y en los otros. Especialmente en los otros para
que igual salga el sol.
***
Mar
del Plata, 20 de septiembre de 2005
Por Silvana Inés Lado de Cipolla.
Despidiendo al Cholo
Hoy hace un mes que perdí a
Carlos y no puedo todavía escribir algo para él. Pero sí puedo hacer algo que
él seguramente hubiera hecho de haber estado: escribir una despedida para el
CHOLO.
No tuve la dicha de estar entre
sus amigos íntimos, pero sí el honor de conocer al Cholo y disfrutar de sus
charlas y anécdotas en reuniones con amigos comunes y en la Sociedad de Fomento. Y es
por esos ratos compartidos que puedo decir que el Cholo era de esas personas
que hacen que las palabras compromiso y solidaridad tengan algún sentido.
El Cholo llegó a Mar del Plata de
la mano de su viejo que pensaba que esta ciudad era "la utopía
socialista" y pronto se chocó con otra realidad. Y habrá sido por esa
realidad y por ese ideal que el Cholito decidió comprometerse para que la
ciudad fuera otra.
No conozco toda su trayectoria
como arquitecto, y de eso podrán dar mejor fe los colegas, pero sí fui testigo
de su trabajo en los planes de vivienda y de que sacaba de su bolsillo para
pagar las cuotas de los beneficiarios porque "pobre pibe, la mujer quedó
embarazada de nuevo y no puede pagar".
O como esa vez en que le entraron
en su casa a robar y, además de ofrecerles el auto a los ladrones y ayudarles a
cargar las cosas, como los chorros no sabían manejar los llevó él hasta la
villa donde vivían y se vino "en bondi".
Ese era el Cholo. Preocupado
siempre por los demás, por los que no habían tenido posibilidades, por los
"descamisados". Porque el Cholo era profundamente peronista.
El Cholito siempre participó en la Sociedad de Fomento del
barrio junto con Carlos que, al revés que el Cholo, era profundamente radical.
En una elección de la sociedad de fomento, después de contar los votos el Cholo
viene corriendo, se abraza a Carlos y grita "¡Carlitos, le ganamo´a los
radicales!". Todos nos reímos a carcajadas y Carlos le aclara "Pero
Cholito, yo soy radical". El Cholo se queda un segundo pensando, lo vuelve
a abrazar y le dice "No importa, somos del pueblo, del movimiento nacional
y popular"
No sé si el Cholo creía en el
cielo. Pero como yo sí creo me lo imagino diseñando lugares con ventanales
enormes para que entre mucha luz, peleando con San Pedro para que deje entrar a
alguno que no tuvo una vida fácil y cayó en la tentación..., discutiendo mano a
mano con el barba y tomándose un vinito con Carlos mientras arman un movimiento
celestial y popular.
Una vez lo escuche al Cholo decir
sobre alguien "es buena persona, pero tiene demasiada universidad". Y
demasiada universidad no era buena si te embotaba el sentido de la calle.
¡Hasta en eso tenía razón el
Cholo! Sólo la calle y la vida te enseñan la medida del adoquín cuando te
golpea en la cara.
En este momento siento que nos
quedan pocos locos cerca, que corremos peligro de que se extingan y perdamos a
los que imaginan utopías y salen al ruedo a pelear para hacerlas realidad. Sin
ellos el mundo se vuelve gris y aburrido. Así que si ven por ahí uno de estos
locos lindos, abrácenlos fuerte para que no se vayan y convénzanlos pronto de
que no se puede vivir sin aire.
Fuente: http://escuelaprimaria22mdp.blogspot.com.ar/2011/07/1era-propuesta-de-modificacion-del.html