Como complemento de información o apéndice a "La copa de la amistad".
“¿(…) será posible que una
triste taza dure más que una persona, digo yo, qué injusticia, pero así son las
cosas, y el muerto al hoyo y el vivo al bollo, y hay que celebrar mientras se
pueda, y si se rompe algo me iré a llorar al baño, como cuando Ricardo, que
estaba de gaucho, se enredó con las boleadoras y rodó por la escalera, y él no
me acuerdo ni me importa si se rompió algo pero a mí me rompió dos copas
violetas, talladas, de cristal veneciano, que nunca se lo perdoné y después de
eso nuestra relación se resintió bastante, pero yo en el momento me porté como
señora educada que soy, que no importaban las copas dije, lo importante es la
amistad, pero es que los hombres son tan torpes, Dios mío (...)”.
Graciela Beatriz Cabal
Las cenizas de papá