martes, 16 de julio de 2013

Para seguir pensando la educación - Entrevista con el profesor Glauco Cabrera



Glauco Cabrera: sin palabras diría Discépolo


Publicado en ACCION en la REGION.
Mercedes, jueves 11 de julio de 2013


La dictadura tuvo la "virtud" de expulsar a los uruguayos más valiosos que tenía en las distintas áreas de la actividad del país, en el caso de los docentes, primero los destituyó y luego los "arrinconó", negándoles la posibilidad de acceder a otros trabajos y la búsqueda obligada fue mirar fuera de fronteras.

Algunos retornaron con la democracia, otros quedaron donde habían sido recibidos, aceptados y echaron raíces. Pero el precio alto que pagaron como el desarraigo de sus cosas, de su vida cotidiana, de sus pagos, es imposible de borrarlo pese al transcurrir de los años.

Uno de ellos fue el prof. GLAUCO CABRERA, quien regresó a su tierra natal por unas horas, traído por una de sus dos pasiones, la música, el bandoneón. La otra, la educación por la cual hizo huella en varias generaciones mercedarias, quedó en París, donde reside desde hace más de treinta años.

En la casa de su hermano, el amigo Luis "Tica" Cabrera, ACCION fue recibido para dialogar anoche con este docente.

De su época de profesor en Mercedes recordó "la experiencia más interesante fue la del Plan Piloto de 1963, sobre todo cuando se puso en práctica a partir de 1968 el 6º año con un enfoque pluridisciplinario donde se coordinaban todas las materias, se encaraba el mundo contemporáneo desde todo punto de vista. Fue una de las experiencias que recuerdo con mayor emoción, porque fue una época en que la confianza que teníamos en las posibilidades de la educación eran extraordinarias. Yo aún las conservo y las he renovado y fortalecido, pero en aquella época era un momento en que creíamos y estábamos convencidos porque habíamos analizado y pensado mucho que lo que hacíamos era algo verdaderamente importante para la sociedad uruguaya y sobre todo para la juventud uruguaya".

Hizo referencia a la renovación de los programas que venían de 1950, que continuó en 1960 "y sobre todo la renovación de lo que fue el Plan Piloto permitió a la educación nacional -hoy yo lo veo con una perspectiva histórica mucho más extensa, prolongada- de crear las condiciones para dar un salto en calidad, extraordinario. Pueden dar testimonio de ello muchos jóvenes que han hecho sus carreras universitarias y que para mi orgullo personal y profesional, hoy y desde hace muchos años, me lo han dicho, me lo dicen y tuve la oportunidad de confirmarlo cuando hace unos meses se festejaron los 50 años del Plan Piloto 1963, porque me hicieron una entrevista por videoconferencia y tuve oportunidad de renovar lazos y de recordar esas experiencias tan fructíferas para todo el mundo".

Significó Cabrera que esa experiencia abrió posibilidades a muchos jóvenes "hoy, desde el Uruguay pero también desde otros lugares del mundo, me hacen llegar sus recuerdos importantes emocionalmente y no sólo desde ese punto de vista, sino el reconocimiento del valor intelectual y cultural que tuvo ese esfuerzo renovador de la educación nacional. Podría dar nombres y ejemplos de gente que trabaja en el extranjero y que reconoce que tal vez lo que estábamos haciendo en el Uruguay a partir del Plan Piloto es difícilmente comparable a cosas que se hacían en ese momento en otros lugares".

El Diario Regional hizo referencia a la excelencia del plantel de docentes que tuvo esa experiencia educativa. "Es bueno recordarlo, no sólo como una forma de homenajearlos, sino sobre todo para poner una vez más en evidencia luego de recorrer otros sistemas educativos, sobre todo en Europa y de trabajar en ellos, es para decir que la selección que habían hecho las inspecciones de las distintas materias que se enseñaban en el liceo, había puesto delante de esos jóvenes a docentes que no sólo tenían una capacidad reconocida desde el punto de vista del conocimiento de las materias que enseñaban, sino que se entregaron con una disponibilidad pedagógica, tratando de innovar desde el punto didáctico, desde el punto de vista de los métodos y eso es invalorable. Porque desde la perspectiva actual, si uno estudia los informes internacionales en materia de educación, a nadie se le escapa que vive momentos difíciles, algunos hablan de una crisis de la educación en general. Y esos esfuerzos que se llevaron adelante en esos años constituyen todavía un ejemplo a seguir, considerados de una gran significación histórica y cultural".

La dictadura lo dejó sin el cargo de docente, "como a tantos otros en 1976 cuando hubo una destitución masiva e indiscriminada sobre la que no quisiera detenerme demasiado, pero sobre todo era una violación más de los derechos cuando el estado de derecho estaba siendo resquebrajado y destruido por la dictadura que avanzaba, sino que además constituyó para mi un momento que se me negaba no solamente el derecho de ejercer lo que había elegido como profesión, como vocación, sino que más profundamente se tocaba lo más íntimo de la personalidad, es decir se nos negaba la identidad profesional. Estábamos haciendo un trabajo que nos involucraba profundamente y consagrados a una tarea de renovación educativa, el hecho que se nos negaran esos derechos significó para nosotros que se nos negara nada menos que la identidad. Esos son heridas que implican un gran sufrimiento personal, familiar y que toca no sólo a la persona considerada aisladamente, sino que involucra a muchas otras personas que están a su alrededor. De manera que hubo que empezar otra vez de cero".

Esa situación le llevó a dejar Uruguay, "porque otra cosa que se nos negaba no era sólo la posibilidad de ejercer lo que habíamos ganado por concurso, porque todos los que ejercíamos éramos personal calificado, que habíamos estudiado en profundidad nuestra disciplina, como enseñarla de acuerdo a lo que se consideraba en aquellos momentos los métodos más avanzados. No sólo nos negaba ello, sino que se nos ponían obstáculos para trabajar en otras actividades. Afortunadamente yo tenía otro oficio, que gracias a mis padres lo tenía desde que era niño, soy músico y eso me sirvió para abrir un nuevo camino. Hubo que intentar crear nuevas oportunidades de trabajo, sin renunciar a nada, creyendo con la misma fuerza en que lo que estábamos haciendo era lo justo y bueno, y que teníamos que seguir creándonos la posibilidad de seguir haciéndolo, si no era posible en este país, en otro. Y fue lo que sucedió".

Glauco Cabrera destacó a Diario Pueblo: "puedo decirlo con mucho orgullo, era un docente calificado acá, con mi trayectoria. Me costó, como a todo el mundo hacerme un lugar en otro país, pero lo logré y pude retomar mis tareas docentes con la misma fuerza, voluntad y entusiasmo que lo había hecho acá. Y a la vez, ganarme la vida practicando mi otra actividad profesional que es la música y que hasta hoy sigo haciéndolo".

Recaló en París donde reside desde hace más de treinta años. "De ahí he recorrido Europa gracias a mi bandoneón, trabajando con músicos de gran prestigio, de distintas nacionalidades, argentinos, franceses, holandeses. Diario ACCION publicó hace ya unos años mi participación en un festival de música de cámara donde toqué una sinfonía para bandoneón escrita por músico argentino. Es decir tocado en Londres, París, Frankfort, Finlandia y otros puntos de Europa que podría mencionar".

En materia docente "gracias a los conocimientos y experiencia adquiridos en Uruguay me dio la oportunidad de presentarme ante organismos y docentes europeos, enfrentando a jurados que pusieron a prueba mi capacidad, conocimientos, experiencia, mi competencia profesional y eso me permitió acceder a distintos puestos. Por ejemplo a trabajar en "La Sorbona" como profesor, especialmente consagrado a preparar a los licenciados o quienes estaban haciendo sus masters para que descubrieran que es ser un docente en el siglo XX y XXI, trabajaba en módulos de pre profesionalización como le llaman, porque esa gente que ya estaba haciendo su carrera especializada en historia, literatura, derecho, filosofía, matemáticas y tenían una alta calificación, venían a mis cursos para que les mostrara cómo podían utilizar esos conocimientos para enseñarlos. De manera que se me abrió en Francia un campo de trabajo nuevo que me permitió no sólo aplicar y desarrollar lo que yo sabía hacer sino que tuve que inventar, crear, ser imaginativo"

También tuvo experiencia a nivel de la educación continua "porque hice especializaciones en algunas materias, sobre todo en la teoría y la metodología de la investigación, fundamentalmente en lo que tiene que ver con lo que se llama en nuestros días la gran revolución de la información y la comunicación confrontados a toda una problemática nueva producida por la gran cantidad de información que circula en el mundo, informarse, estudiar lo que uno quiere saber se vuelve cada vez más difícil. De manera que para un maestro, un profesor, un profesional o para cualquier persona, implica esfuerzos considerables y grandes dificultades. Como hice esas especializaciones formando bibliotecarios, archivistas, documentalistas, que trabajan en liceos, universidades, en los centros de reclutamiento donde va la gente desocupada a buscar trabajo. Ahí también tuve que ser muy creativo, hacer investigaciones para crear cosas que no existían".

Sugerimos entonces que en definitiva la dictadura le hizo un favor, pero no fue así. "No lo diría en esos términos porque las heridas son demasiado profundas como para considerar que me hicieron un favor, es decir que de todo lo que se destruyó y en ese proceso de destrucción y daño a mi me tocó una parte muy pesada que todavía estoy sufriendo, porque cuando has dado tus concursos, tienes tu puesto efectivo, estás en tu casa con tu familia, con tu liceo, con tus amigos, con tus colegas y tu vida está ya encaminada con finalidades trascendentes, porque vos crees que estás haciendo cosas muy importantes, eso se corta, no es hacerle un favor a nadie. Sucede que cuando una persona se ve tan profundamente afectada en su dignidad personal y profesional, saca fuerzas de flaquezas y se ve confrontado a situaciones inéditas, tiene que ser imaginativo, combativo, trabajar todos los días. Y puedo decir que hasta ahora puedo seguir haciéndolo, tengo 72 años y sigo trabajando como cuando tenía 23 y gané mi concurso de oposición libre en historia en mi país".

Y el tango y el bandoneón lo devolvió a los pagos... "Como te decía, estudié bandoneón desde los 7 años en mi barrio, con mi maestro de barrio. Trabajé con las orquestas, toqué con todos los músicos de Mercedes, Gioia y sus Rítmicos, Samagal, Aladin Ríos en fin, con todos... y la última cosa que hicimos en los últimos años cuando la situación se complicaba enormemente desde el punto de vista profesional, hicimos con Julio De Biasse y Carlitos Levis el Piabamba Trío, que dio mucho que hablar, realizamos cosas muy interesantes.

El tango me sigue, el bandoneón sigue pegado a mis manos. He hecho una carrera musical en Europa, he tocado en la Comedia Francesa cuando Piazzolla le puso música a una obra de Shakespeare, grabé la música para "Tangos en el siglo de Gardel" de Fernando Solanas, una película que ganó premios por todos lados, ahí lo acompaño al "Polaco" Goyeneche, podría seguir enumerando muchas cosas importantes que he hecho con el bandoneón.

Ahora estoy en Buenos Aires desde hace casi un mes acompañando a una persona prestigiosa y reconocida que es el "Tata" Cedrón, los otros días llenamos el teatro Cervantes con 1.800 personas y quedó gente afuera. El me invitó para que viniese a tocar con él, ya habíamos tocado juntos en Francia. Realizamos una gira por varias provincias argentinas que fue todo un éxito... Siempre con el fuelle, con el bandoneón, acordándome de mis amigos y todo lo lindo que había acá en Mercedes para hacer" La última, como el tango... ¿volverías al pago para quedarte? y Cabrera aprieta el fuelle de los recuerdos y señala "lo digo y repito y lo he escrito en ACCION cuando me invitaron para que hiciera un artículo cuando falleció un colega que era Daniel González, como decía el "Gordo" Pichuco... yo nunca me fui de mi barrio... y aquí estoy...".

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