He visto un río sin agua. Un río seco. Un río desierto. De
orillas verdosas. De un lado del puente, los sauces. Del otro, un deseo. Escrito
con el cuerpo entero. Me agacho y me
levanto. Busco y encuentro, piedra tras piedra. Las llevo. Las acomodo. Formo
las letras. No me enojo. No reprocho. No le pregunto al río por qué no es río,
por qué no es fresco, por qué no arrastra. Escribo. Escribo con lo que tengo. Para
que alguien encuentre las palabras. Escribo. No me detengo. No espero. Sé que
mi deseo estará ahí. Hasta que vuelva el agua.
C.