Solemos utilizar las palabras comprendiendo su
significado sin interesarnos por su origen. Quizá por razones prácticas no nos
planteamos la pregunta ¿por qué a tal objeto lo llamamos de esta manera y no de
otra?
En el caso de la lengua española, ¿por qué hay palabras
masculinas o femeninas para designar objetos sin sexo? ¿Dónde y cuándo se
origina un nombre? La cuchara, el cuchillo, la mesa, el paquete,
etc.
Lo cotidiano se nos incorpora como algo natural y
difícilmente nos asombra.Tendemos a desvalorizar lo que abunda. Un marroquí fumando en su narguile llama nuestra
atención y curiosidad. No así, entre nosotros, una persona tomando mate, que
seguramente despertará la curiosidad de un marroquí.
La intención de estas palabras es sumergirnos en el
océano del lenguaje.
Iremos presentando en este espacio el origen de ciertas palabras.
En algunos casos no
hay certeza acerca de su origen, se atribuye su invención a personas,
situaciones, anécdotas, confusiones, errores históricos y hasta distorsiones
idiomáticas, a veces intencionales, o surgidas de un uso incorrecto que termina
por aceptarse.
La autenticidad o no de las fuentes de información
puede ser motivo de discusión. Por eso, en esta sección, se encontrarán
explicaciones que el lector puede no compartir. Si esto ocurre mejor que así sea, porque del diálogo y
la discusión puede brotar la verdad. Hay casos en que a una misma palabra se le atribuyen
orígenes diferentes. Ante esta situación se abren distintas posibilidades a
saber: que alguna información sea falsa, errónea, o bien que ambas tengan
validez.
En la selección realizada, hay palabras o conjunto de
palabras -expresiones- de origen remoto, pero también las hay recientes. Eso
respecto al tiempo. En cuanto al espacio, es decir a su lugar geográfico de
nacimiento, estamos en situación similar. Las de origen local, de nuestro país,
es más probable su autenticidad, aunque a veces surgen nuevos testimonios que
contradicen la explicación aceptada hasta ese momento.
El lenguaje es parte de la historia y recíprocamente.
La historia es parte del lenguaje.
Se citarán algunas de las fuentes, pero en ciertos casos
la transmisión oral ha borrado o confundido el origen.
No están ausentes las palabras o expresiones del habla
popular, y hasta algunas de nuestro argot porteño llamado lunfardo.
Ahora queda
usted invitado a saborear las palabras con historia, y para ello, hay un anticipo.
Dice el poeta Antonio Machado en uno de sus poemas: "Tu nombre me sabe a hierba".
El verbo saber tiene varias acepciones, entre las
cuales para nosotros, dos nos interesan especialmente. Un significado es el saber que emana del conocer y la
otra es tener una cosa determinado sabor.
Entonces, ahora viene la invitación a participar y
compartir el sabor del saber.
Otto Carlos Miller