Gentileza de los compañeros de Estrella del Oriente. Nos permitimos compartir este otro texto de María Negro a quien tanto queremos...
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A veces no sabe quién es. A veces se acuerda de cada
detalle. Me mira llegar todas las mañanas y se presenta con formalidad. “Cómo
le va, señora, mucho gusto” y sigue con su tecito. Nada parece resultarle
trascendente hasta que su hija le acerca la caja con las fichas de dominó. Sus
ojos se iluminan y acomoda en la blanca mesa, una por una las fichas. “¿Usted
sabe jugar?”, siempre digo que sí y la nena que la habita salta de alegría. De
pronto me regala una sonrisa que nos va a acompañar un buen rato, hasta que la
pregunta retorne inevitablemente: “¿Vos quién eras?”