Hace mucho que esperamos a Glen
y a Declan. Creemos poco probable que Declan venga: la vida lo ha fastidiado y
nosotros, que lo queremos y entendemos su desdicha, pagamos por la
incomprensión del mundo. Las cosas con Glen están menos claras: desconocemos
sus motivos y, por más que recapitulamos los detalles que hacen a nuestro
devenir, nos sentimos perdidos y desorientados.
Con Damien y Sean nos vemos con cierta frecuencia, que no es la
deseada, pero es la que logramos conquistar cada tanto en duras batallas con la
dispersión y los compromisos diversos que cada uno ha contraído con la
existencia. Cuando alguno de los tres envía un mensaje a los dos restantes,
sabemos que se pone en marcha una reunión, que tal vez se posterga, pero que
finalmente se realiza.
Nos juntamos en torno a lo que tenemos en común: ciertas pasiones
deportivas, algunos intereses cinéfilos –donde no necesariamente coincidimos-,
y muchas exaltaciones políticas. Nos reúne también ese delicado altruismo de la
amistad que no pide nada a cambio, salvo saber que el otro sigue allí, como
venimos estando desde el principio de casi todo, y mientras dure el viaje.
Pero éramos cinco, y quedamos tres. Y no nos resignamos a sus
ausencias porque hay una historia, y en esa historia hubo muchos momentos de
solidaridad, ternura y compañerismo. Entonces, tras algunos debates y no pocas
discusiones, elegimos el camino de la “carta colectiva”, como recurso para
invitarlos a una convocatoria de reencuentro. Y me toca la tremenda responsabilidad
de redactarla:
Queridos Glen y Declan:
Antenoche estuvimos reunidos con Sean, Lisa, Damien, Anne y Aibhilín,
y -como tantas veces en situaciones similares- nos acordamos de ustedes,
lamentando no poder repetir un encuentro que nos reúna a los cinco…
La idea, entonces, es que ustedes nos digan si tienen ganas de que
vayamos proyectando una reunión (desde luego, con nuestras parejas e hijos), y
que empecemos a hablar de una fecha en la que coincidamos…
Como "escriba" del grupo, me encargo de la tarea de
realizar la convocatoria, pero se trata de una idea compartida: el tiempo pasa,
la etapa es dura para todos, y es una pena no vernos y acompañarnos…
Les mando a nombre mío, pero también en nombre de Damien y Sean,
un cálido abrazo.
Ojalá respondan, y
finalmente nos veamos. Pero en el caso de que no lo hicieran, deseo que
recuerden todo el cariño que nos hemos brindado y todo aquello que aún tenemos
en común.
Neil Collins