miércoles, 12 de junio de 2024

¡A-tesorar!

 

Tener un tesoro es algo divino. Cualquier objeto puede ser un tesoro: una fotografía, una tarjeta, un juguete de la infancia, un libro con una dedicatoria, un anillo heredado, la taza favorita. También existen tesoros inmateriales: una tertulia, un sabor que se disfrutó, una brisa, la remembranza de un lugar, de un viaje, un abrazo.

Se puede almacenar recuerdos escribiéndolos en un cuaderno o conservando en una caja de zapatos algún boleto de tren, una entrada al cine, una postal recibida, la llave de alguna casa que ya no existe, un cassette que ya no suena, la página de un diario.

También se puede ir atesorando imágenes, sensaciones, emociones. Cual caja de memoria. Como un cofre imaginario que, con solo cerrar los ojos y respirar hondo, se abre y se revive ese instante feliz. Una suerte de lugar que funcione a modo de cajón con una etiqueta que diga: “Tesoros. Abrir en caso de desazón”

 

Valeria Matus