martes, 27 de octubre de 2020

Pasajes del 25 de octubre

Compartimos una nueva edición del programa "Pasajes", presentado por Tata Cedrón, el 25 de octubre, Radio Nacional Folklórica FM 98.7

domingo, 25 de octubre de 2020

Cuento japonés

Desde la copa de un árbol, dos pequeños pájaros miraban caer la nieve y conversaban. De repente, uno de los pájaros preguntó:
–¿Cuánto pesa un copo de nieve?
A lo cual el otro le respondió:
–Los copos de nieve pesan la millonésima parte de nada.
En silencio siguieron mirando cómo la nieve caía y se acumulaba.
De repente, con un fuerte ruido la rama se quebró con el peso de la nieve.
El pájaro que había preguntado sobre el peso de los copos de nieve miró a su compañera y le dijo:
–Es increíble lo que son capaces de hacer la millonésima parte de nada cuando se juntan.

 


 

sábado, 17 de octubre de 2020

Hoy las ventanas

Hoy sucedió que todos habíamos preparado nuestra parte de un guión que se repite -con variantes- todos los fines de semanas. Las ventanas de las muestras al paso estaban listas y el cantor de la cuadra había iniciado su canción... Cuando el cielo devino oscuro.... y cada vez más oscuro... hasta que explotó... La tormenta fue breve pero intensa... Se improvisó y el concierto siguió su curso... Fue un concierto especial... un concierto con lluvia, con truenos y con relámpagos. De risas, de palabras bellas, de complicidad. Es cosa de no creer, pero hay personas que logran ser felices en medio de las peores tormentas. Mientras esto sucedía, los cuadros del pintor, en la vereda de enfrente, seguían en su sitio, colgados al exterior... y el pintor desde la puerta de su casa, miraba caer la lluvia con una serenidad absoluta... Hasta que salió el sol. 

 





Fragmento de lectura facilitado por mano amiga

"Los recursos que se destinan a museos monumentales y simbólicos deberían derivarse hacia otros más pequeños que cuenten la historia de los individuos. Esos recursos deberían dedicarse también a animar y a apoyar a la gente para que conviertan sus propios pequeños hogares en espacios de exhibición".

 Modesto manifiesto por los museos

Orhan Pamuk

miércoles, 7 de octubre de 2020

Tomada por las flores

 Recién sentimos unos golpecitos en la puerta. Muy característicos de cierta vecinita nuestra que está por cumplir cuatro años, pero le pregunté si cumplía diez, y ahora dice –rotundamente- que tiene diez.

Vino a mostrarnos su vestido “nuevo”, que se lo pasó una amiguita a la que quiere mucho, y que le queda pintado. Lo modela junto con unos zapatitos de taquitos, por lo cual taconea de ida, y taconea de vuelta. 

Le decimos que está muy bonita y le preguntamos cómo anda, pero se pone tímida y nada dice. Nos acepta una barrita casera de cereales, y luego, de puro contenta, se pone a bailar y a dar saltos.

Para no dejarla en banda, también brincamos y hacemos algunos giros en nuestra parte de la puerta/frontera a través de la cual nos miramos con contento, y con falta de palabras para expresarlo. Ella se ríe, con esa risa cómplice de los chicos cuando encuentran adultos que andan medio “locos” y que se prenden en sus juegos.

Niña al fin, Lara se salta todos los “protocolos”, pasa sobre “el foso” y, por turnos e impulsos, nos abraza a la altura de las piernas. Como dice la poseía del trovador, hoy nuestra casa “ha sido tomada por las flores”.

 

Carlos Semorile

 

martes, 6 de octubre de 2020

“Mundos dignos de ser vividos” por Rubén D. Barqui

 

En distintos partes del mundo, personas se han organizado en cuarentena para compartir propuestas culturales, desde balcones, ventanas y otros espacios, con sus vecinos. En Buenos Aires, una de esas iniciativas es “muestras al paso” y ofrece exposiciones de pintura, obras y objetos varios, poesías al paso, libros al paso, canciones al paso, entre otros. En el barrio de Santa Rita, Rubén D. Barqui es uno de los participantes. Todos los fines de semana expone sus cuadros desde su terraza y en una de sus ventanas. Se trata de obras suyas y la muestra es diferente cada semana.

La aparición de los cuadros de Rubén ha cambiado el paisaje de la cuadra. Cada una de sus obras es a su vez como una ventana abierta hacia otros paisajes, otras realidades. El efecto se multiplica por el hecho de que algunas obras representan ventanas abiertas. Y es así como los vecinos espectadores viajamos, sin movernos, gracias al gesto de Rubén. También lo hacen los niños que han podido acercarse, tan observadores, que han descubierto las tramas: las texturas. Cada descubrimiento genera pequeños gritos de sorpresa. Y “mira esto” y “mira lo otro”. También le debemos a Rubén esos descubrimientos. Por unos minutos, estos chicos pueden pensar en otras cosas, aprender otras cosas, mirar con atención los trazos del pintor. 

 

Desde este espacio, le pedimos un breve relato, una suerte de autorretrato con motivo de esta experiencia de exponer al aire libre para los que pasan.

*

Mi nombre es Rubén D. Barqui. Soy técnico radiólogo, licenciado en producción de bio-imágenes (Universidad Nacional de Lomas de Zamora) y profesor universitario (Universidad Maimónides). Mi inclinación por la pintura se remonta al año 1996. Cuando comienzo a dar clases como docente en la carrera de técnico radiólogo en varios institutos terciarios (Cruz Roja Argentina, Instituto Superior de Ciencias de la Salud, Centro de Diagnóstico SAR, Instituto Superior Mitre). Allí, en el marco de mis clases, dibujaba en el pizarrón y en cartulinas, imágenes anatómicas, sobre distintas partes del cuerpo (brazo, cabeza, etc.), en correlación primero con zonas a radiografiar. En el año 2009, cuando me jubilé a los 56 años, por el tema de haber trabajado con radiaciones y diagnóstico de imágenes por más de 38 años, empecé a vislumbrar mis dotes pictóricas. Tomé clases y sigo tomando con Martha Bahía, una prestigiosa artista plástica de reconocida carrera en nuestro país.

La gran mayoría de mis cuadros surgen por inspiración propia, otros por escenas de la vida real y la parte más importante, por fotos que logré tomar en mis viajes dentro del país y otras en el extranjero (Rusia, Egipto, Europa, China, India y Japón). Debo sentir la foto o imagen a interpretar.

A veces, para una persona no significa nada pero en la esencia de la misma el valor es otro. Un árbol, una flor, una nube, una persona al azar, puede decirnos varias cosas; está en nosotros poder interpretarlas y llevarlas al arte. Siempre digo que nuestros pinceles, colores y las manos son las alas maravillosas que plasman lo que el alma siente. Creo no equivocarme. 


Primero observé a pintores como Velázquez o El Greco, pero vi en ellos imágenes claras en fondos oscuros. Después observé imágenes de cubistas, abstractos, impresionistas, surrealistas, arte naif… y me inclino por una mezcla de surrealismo (Salvador Dalí) con mi propia impronta que es el figurativo.

Trato de usar imágenes que un poco escapan a la comprensión humana, le agrego elementos como vidrios, resortes, relojes, luces, texturas poco usadas en dicho arte pictórico.

Mi experiencia ha sido muy fructífera con respecto a las diferentes muestras que los vecinos tratamos de exponer en nuestros frentes (terrazas, ventanas, puertas) y las mismas crean un espacio puro de oxígeno, por así decir, que hacen más armonioso el volver a vivir, dentro de un aire de ciudad a veces muy contaminado y lleno de prejuicios. 


Esta pandemia es un fiel reflejo de que todos somos mirados como una amenaza para los demás. El barbijo a veces nubla nuestra mente y nos hace pensar que el que está adelante nuestro es un enemigo y que viene a contagiarnos alguna peste. Pero no es así. Él también merece nuestro respeto. La dignidad y la humildad no se debe perder por sobre todas las cosas.

Mis manos, vuelvo a decir, son elementos capaces de llevarnos a mundos dignos de ser vividos. Está en nosotros ver que eso suceda.

 

Rubén D. Barqui

lunes, 5 de octubre de 2020

La manzana como espacio de creación para chicos y chicas

Nueva invitación

 

En el mes de junio, fruto de conversaciones con amigos, lanzamos desde este blog una invitación para realizar pequeñas intervenciones culturales barriales que fueran compatibles con la cuarentena (Propuesta / Circuito cultural barrial). Se trataba de compartir obras y quehaceres con vecinos, utilizando lugares no convencionales: ventanas, balcones, terrazas, otros. El encuentro que estas acciones proponían se realizaba a través de la obra, preservando a los autores de las propuestas y al público: sin aglomeraciones, dijimos, de a uno, de a dos. Al paso. En paralelo, antes, durante y después, otras personas hicieron propuestas afines en distintos barrios de la ciudad, también en otros lados. Con algunas de estas personas hemos tenido la suerte de conocernos, de dialogar, de cooperar.  

La ventana en este marco viene a ser un concepto nuevo, abarcador. A veces, la ventana es verdaderamente ventana. Otras veces es puerta. La ventana puede ser también terraza o balcón. Vidriera. Reja. Pared. Incluso, muelle. También existe una ventana que no tiene nada de eso pero que tiene jardín. Es así como en el barrio donde vivo (en la zona limítrofe de Villa Santa Rita, Villa del Parque, Monte Castro), distintas manzanas han abierto sus ventanas para ofrecer una propuesta creativa, que es siempre una propuesta de encuentro a través de una obra y/o de un oficio*.

El motivo de este texto es doble. Lo primero es subrayar lo importante que ha sido esto para los chicos del barrio. Ya sea acompañados por sus familias, durante sus paseos diarios autorizados, ya sea en el marco de los talleres “andantes” que estoy coordinando –actividad en desarrollo– chicos y chicas tienen la posibilidad de encontrarse con una variedad de propuestas que, en el caso de este barrio, abarcan: muestras de pintura, escultura, bordados, música, literatura, jardinería, juegos… A través de estas propuestas, pueden disfrutar de un cuadro de Quinquela Martín expuesto por Liliana desde Ventanarte*, pero también de un cuadro pintado por el mismísimo vecino que lo expone*, de las canciones del Tata Cedrón, de las adivinanzas que prepara Sandra, de las esculturas de Federico, entre otros… Pero, también, chicos y chicas pueden ofrecer y compartir sus propias obras (sus dibujos, sus cuentos, sus libros incluso, sus poemas y otras creaciones). 

Contribución de una familia a Ventanarte

Invitación a participar desde una ventana

La existencia de estas ventanas ofrece a las familias un rumbo, la posibilidad de hacer un paseo hacia tal o cual casa que, semana tras semana, pasa a ser un destino conocido, “familiar”, y donde existe además la posibilidad de muy pequeñas –y necesarias– interacciones, siempre cuidadas, con otros chicos. Ninguno de estos espacios está pensado por fuera de la cuarentena, sino más bien al revés, se trata de asegurar conjuntamente todos los cuidados. Los del alma también.

Así, todas estas actividades son motivo de aprendizajes varios. Mutuos. Con el pasar de los días resulta muy difícil saber quién es el que ofrece y quién el que recibe, porque de maneras diversas, a veces en diferido a través de mensajes por cuaderno, otras veces, conversando a la distancia en la vereda, los encuentros “inspiran”, dan que pensar y es común que de ellos nazcan nuevas propuestas.

De ahí el segundo motivo de este texto, que es renovar la invitación a los vecinos de estos barrios y de cualquier barrio a seguir abriendo ventanas. No se trata de propuestas “decorativas”. Tampoco se trata de convocar exclusivamente a los artistas. Se trata más bien de recurrir a todos los saberes de una cuadra, de una manzana (saberes, quehaceres, artes, oficios) para propiciar pequeños encuentros con los más cercanos manteniendo la distancia. Con cuidado. Imaginando todos los posibles en esa cancha que nos rayan los profesionales de la salud en estos momentos. Encuentros, entonces, que puedan nutrirnos, inspirarnos, emocionarnos, robarnos una sonrisa, y hacer que de estos días tan difíciles, tan ingratos en tantos aspectos, nos quede algo bueno y ojalá aprendizajes que nos permitan imaginar otros futuros. 

Niña escuchando al Tata Cedrón

Se trata, por último, de poner en evidencia que cualquier manzana puede acompañar a sus niños y niñas –ojalá también a sus jóvenes–, de una manera diferente y complementaria a las que conocemos o conocíamos antes de la pandemia. Apostando a la puesta en común de nuestras capacidades todas.

 

AGC

 

Los vecinos de Villa del Parque y alrededores que quieran tener más información sobre estas actividades pueden contactarse con: antoniagarciacastro@gmail.com

 

* Entre las ventanas abiertas en este barrio:

 

La ventana Ubuntu o Ventanarte (Elpidio González al 3000), está abierta para todo tipo de creaciones de los vecinos, es cosa de acercarse y revisar; en estos días los chicos y las chicas del barrio se han “tomado” la ventana pero no hay exclusividad, la ventana se puede visitar cualquier día de la semana; como un collage en permanente movimiento… así es la ventana de Liliana;

 

No muy lejos, en Juan Agustín García al 3700, está también el taller de Federico Peyrille, herrero; ese taller tiene la característica de tener sus puertas abiertas desde hace muchos años y si uno pasa por ahí, todo el cuadro que se ofrece a los ojos es un homenaje al trabajo, al oficio y al arte, ya que Federico es también escultor y sus obras están expuestas en la vereda;

 

En Jonte al 3400, negocio de José González, los fines de semana, entre 11.00 h y 13.00 h Sandra ofrece libros y adivinanzas para los chicos, el dato importante es que la respuesta… hay que ir a buscarla siguiendo las indicaciones de la vidriera…También hay adivinanzas en Concordia al 2100;

 

En la calle del agujero en la media… (¿cuál será?) el Tata Cedrón ofrece sus “Canciones al paso”. La reserva es necesaria, el mismo correo señalado para informaciones sirve para reservas;

 

En Enrique de Vedia al 2000, los fines de semana (es condición que no llueva y también es condición levantar los ojos) desde una terraza, se hace la muestra de pinturas de Rubar;

 

Frente a la muestra de pinturas, se ubica la casa que ofrece libros en préstamo para chicos (sábados y domingos de 16.00 h a 18.00 h) el lugar contará próximamente con nuevas propuestas, entre ellas, un puesto lector.