Nueva invitación
En el mes de junio, fruto de conversaciones con amigos, lanzamos desde este blog una invitación para realizar pequeñas intervenciones culturales barriales que fueran compatibles con la cuarentena (Propuesta / Circuito cultural barrial). Se trataba de compartir obras y quehaceres con vecinos, utilizando lugares no convencionales: ventanas, balcones, terrazas, otros. El encuentro que estas acciones proponían se realizaba a través de la obra, preservando a los autores de las propuestas y al público: sin aglomeraciones, dijimos, de a uno, de a dos. Al paso. En paralelo, antes, durante y después, otras personas hicieron propuestas afines en distintos barrios de la ciudad, también en otros lados. Con algunas de estas personas hemos tenido la suerte de conocernos, de dialogar, de cooperar.
La ventana en este marco viene a ser un concepto nuevo, abarcador. A veces, la ventana es verdaderamente ventana. Otras veces es puerta. La ventana puede ser también terraza o balcón. Vidriera. Reja. Pared. Incluso, muelle. También existe una ventana que no tiene nada de eso pero que tiene jardín. Es así como en el barrio donde vivo (en la zona limítrofe de Villa Santa Rita, Villa del Parque, Monte Castro), distintas manzanas han abierto sus ventanas para ofrecer una propuesta creativa, que es siempre una propuesta de encuentro a través de una obra y/o de un oficio*.
El motivo de este texto es doble. Lo primero es subrayar lo importante que ha sido esto para los chicos del barrio. Ya sea acompañados por sus familias, durante sus paseos diarios autorizados, ya sea en el marco de los talleres “andantes” que estoy coordinando –actividad en desarrollo– chicos y chicas tienen la posibilidad de encontrarse con una variedad de propuestas que, en el caso de este barrio, abarcan: muestras de pintura, escultura, bordados, música, literatura, jardinería, juegos… A través de estas propuestas, pueden disfrutar de un cuadro de Quinquela Martín expuesto por Liliana desde Ventanarte*, pero también de un cuadro pintado por el mismísimo vecino que lo expone*, de las canciones del Tata Cedrón, de las adivinanzas que prepara Sandra, de las esculturas de Federico, entre otros… Pero, también, chicos y chicas pueden ofrecer y compartir sus propias obras (sus dibujos, sus cuentos, sus libros incluso, sus poemas y otras creaciones).
Contribución de una familia a Ventanarte |
Invitación a participar desde una ventana |
La existencia de estas ventanas ofrece a las familias un rumbo, la posibilidad de hacer un paseo hacia tal o cual casa que, semana tras semana, pasa a ser un destino conocido, “familiar”, y donde existe además la posibilidad de muy pequeñas –y necesarias– interacciones, siempre cuidadas, con otros chicos. Ninguno de estos espacios está pensado por fuera de la cuarentena, sino más bien al revés, se trata de asegurar conjuntamente todos los cuidados. Los del alma también.
Así, todas estas actividades son motivo de aprendizajes varios. Mutuos. Con el pasar de los días resulta muy difícil saber quién es el que ofrece y quién el que recibe, porque de maneras diversas, a veces en diferido a través de mensajes por cuaderno, otras veces, conversando a la distancia en la vereda, los encuentros “inspiran”, dan que pensar y es común que de ellos nazcan nuevas propuestas.
De ahí el segundo motivo de este texto, que es renovar la invitación a los vecinos de estos barrios y de cualquier barrio a seguir abriendo ventanas. No se trata de propuestas “decorativas”. Tampoco se trata de convocar exclusivamente a los artistas. Se trata más bien de recurrir a todos los saberes de una cuadra, de una manzana (saberes, quehaceres, artes, oficios) para propiciar pequeños encuentros con los más cercanos manteniendo la distancia. Con cuidado. Imaginando todos los posibles en esa cancha que nos rayan los profesionales de la salud en estos momentos. Encuentros, entonces, que puedan nutrirnos, inspirarnos, emocionarnos, robarnos una sonrisa, y hacer que de estos días tan difíciles, tan ingratos en tantos aspectos, nos quede algo bueno y ojalá aprendizajes que nos permitan imaginar otros futuros.
Niña escuchando al Tata Cedrón |
Se trata, por último, de poner en evidencia que cualquier manzana puede acompañar a sus niños y niñas –ojalá también a sus jóvenes–, de una manera diferente y complementaria a las que conocemos o conocíamos antes de la pandemia. Apostando a la puesta en común de nuestras capacidades todas.
AGC
Los vecinos de Villa del Parque y alrededores que quieran tener más información sobre estas actividades pueden contactarse con: antoniagarciacastro@gmail.com
* Entre las ventanas abiertas en este barrio:
La ventana Ubuntu o Ventanarte (Elpidio González al 3000), está abierta para todo tipo de creaciones de los vecinos, es cosa de acercarse y revisar; en estos días los chicos y las chicas del barrio se han “tomado” la ventana pero no hay exclusividad, la ventana se puede visitar cualquier día de la semana; como un collage en permanente movimiento… así es la ventana de Liliana;
No muy lejos, en Juan Agustín García al 3700, está también el taller de Federico Peyrille, herrero; ese taller tiene la característica de tener sus puertas abiertas desde hace muchos años y si uno pasa por ahí, todo el cuadro que se ofrece a los ojos es un homenaje al trabajo, al oficio y al arte, ya que Federico es también escultor y sus obras están expuestas en la vereda;
En Jonte al
3400, negocio de José González, los fines de semana, entre 11.00 h y 13.00 h Sandra
ofrece libros y adivinanzas para los chicos, el dato importante es que la
respuesta… hay que ir a buscarla siguiendo las indicaciones de la vidriera…También hay adivinanzas en Concordia al 2100;
En la calle del agujero en la media… (¿cuál será?) el Tata Cedrón ofrece sus “Canciones al paso”. La reserva es necesaria, el mismo correo señalado para informaciones sirve para reservas;
En Enrique de Vedia al 2000, los fines de semana (es condición que no llueva y también es condición levantar los ojos) desde una terraza, se hace la muestra de pinturas de Rubar;
Frente a la muestra de pinturas, se ubica la casa que ofrece libros en préstamo para chicos (sábados y domingos de 16.00 h a 18.00 h) el lugar contará próximamente con nuevas propuestas, entre ellas, un puesto lector.