“Todo pasa y todo queda
Pero lo nuestro es pasar…”
Machado
En todos los barrios viven artistas.
También artesanos. Personas cuyos oficios están pensados para ofrecer a los
demás. Oficios, quehaceres, que generan obras. Obras que nos hacen sentir bien.
Si me concentro solamente en los
músicos de mi barrio y solamente en las cuadras más cercanas, ya tengo identificados
a unos cuatro o cinco.
¿No habrá pintores? ¿No habrá
escultores? ¿Dibujantes? ¿Fotógrafos? ¿Actores? ¿Narradores? ¿Titiriteros?
Desde hace algunas semanas se ha
permitido en la ciudad de Buenos Aires los paseos recreativos siguiendo ciertas
pautas. Se podría pensar un tipo de circuito cultural barrial que fuera
respetuoso de esas pautas.
Por ejemplo, que se expongan las
obras en las ventanas, en los balcones o en la vereda. En el caso de los
músicos, se podría pensar que el artista permaneciera en su casa, abriendo
ventanas o puertas, según corresponda, o incluso en la vereda durante el tiempo
que se está autorizado a estar al aire libre. Y así, según el tipo de
arte/oficio, con la idea de darlo a conocer, de mostrarlo, compartirlo:
disfrutarlo.
Para que esto pudiera funcionar,
dentro de los parámetros que son los nuestros hoy, lo que habría que enfatizar
es la circulación. El desplazamiento. Evitar la aglomeración. Frente a cada
obra, el público estaría compuesto por una o dos personas. Desde la vereda,
estas pocas personas podrían escuchar a tal músico respetando las distancias
durante un tiempo breve. Dos canciones, dos temas (por ejemplo). Luego
seguirían con su paseo. Vendrían otros, etc.
La idea sería la de un arte al paso.
Un arte de persona a persona. Un tipo de desplazamiento por el barrio que nos
haría disfrutar del arte de nuestros vecinos. Exponiendo obras y resguardando
nuestros corazones que están necesitando nuevas formas de relación con el otro.
Imagino un registro de personas y
artes, indicaciones horarias, puntos de encuentro, un mapa cultural del
barrio para ofrecer como guía a las familias que sábados y domingos salen a
pasear.
Y cartelitos que dijeran: “disfrute
el minuto”. O el verso de algún poema.
“Caminante, no hay camino, se
hace camino al andar...”
Antonia