jueves, 22 de diciembre de 2011

Una Carta


A Carlos Semorile le ha sucedido algo poco usual. Ha recibido una carta. Una carta es un objeto en vía de desaparición que deberíamos salir a defender porque en ese pedacito de papel se juegan muchas cosas. El tiempo, por ejemplo, que alguien se toma para decirle algo a otra persona. El tiempo que esa otra persona, se toma, para leer, escuchar, lo que ese alguien tenía que decirle. Carlos Semorile ha hecho también algo poco usual. Ha enviado la carta. La ha hecho viajar. Para que otros la reciban. Los documentos a continuación fueron primero publicados en la página dedicada a Don Buenaventura Luna. Con la complicidad de Carlos, reproducimos tanto su propia presentación como la carta que nos ofrece. 

Hace unos años viajamos a Calingasta, ese sur sanjuanino singularmente bello que es reconocido por su observatorio astronómico ubicado en la Pampa del Leoncito. Pasamos por su desértica “pampa”, por las arboladas villas de Barreal y Calingasta, por el magnífico Alcazar donde los huarpes del cacique Huazihul se inmolaron antes de ser esclavizados por los españoles. Pero nuestro destino era Tamberías, el pueblo donde Eusebio Dojorti estuvo secuestrado en 1932 junto con sus compañeros del diario “La Montaña”. Después de algunas vueltas, conseguimos ubicar la cárcel de la cual fugaran los periodistas luego de estar 77 días engrillados, hambrientos y sin abrigo suficiente para pasar el duro invierno cordillerano. Entre las ruinas de la antigua comisaría, se levanta la casa donde vive la familia Tello: ellos nos dejaron pasar a fotografiar la finca, y, entre presentaciones y charlas, nos brindaron la cristiana hospitalidad de hacernos sentir “como en casa”. Escribimos estas líneas porque ayer nos llegó una bella carta enviada desde Tamberías. La escribe Estela Campos, y en ella late esa “patria más dulce y suave” a la que todos aspiramos. La compartimos porque no puede ser solo nuestro el privilegio de este tesoro en el que, una vez más, se trasluce que “la patria es el pueblo”, y que es del pueblo la cultura que resiste los embates de la “civilización”.

Tamberías, 28 de Noviembre de 2011.

Querido Carlos: después de tanto tiempo vuelvo a ponerme en contacto con Uds. a fin de contarle: yo soy una nieta del Sr. Ernesto Tello. A lo mejor no me recuerda: mi nombre es Estela y vivo con ellos desde que tenía ocho años (…) Hemos estado muy consternados con el fallecimiento de mi abuela Antonia; gracias a Dios con el tiempo fuimos superándonos, claro que nunca del todo. El motivo de mi carta es para contarle que desde el año pasado formé un ballet folklórico, el cual decidimos bautizarlo como “Ballet Buenaventura Luna”, que está integrado por 26 personas que van desde niños de 5 años, jóvenes y adultos, los cuales hicimos la apertura de la Fiesta del Ajo 2011, y hemos sido convocados nuevamente para el 2012. Participamos en todos los eventos que nos invitan dentro del Departamento. Le cuento que con mucho esfuerzo hemos confeccionado nuestra vestimenta; los chicos salen a vender tortitas y sopaipillas que las madres preparan. Nuestra meta es poder comprarles a los varones sus botas. Bueno, sin nada más que contarle me despido con un abrazo, y esperamos que puedan venir a conocer a los chicos del Ballet. Me gustaría que pudiera venir a la Fiesta del Ajo que a ser el 28/01/12.
Espero no se ofenda porque yo le puse el nombre de don Buenaventura Luna a mi ballet, pero lo hicimos por el cariño y respeto que él nos inspira.
Gracias,
Estela Campos