Hoy tuve la suerte de caminar unas pocas
cuadras por esta ciudad para ir al encuentro de una poesía de García Lorca y de
un violín. Imposible no recordar, en el camino, otros paseos, otra ciudad, otra
poesía… Sucede que el destino se empeña a veces en repetir la escena. Con tanta
tozudez que realmente pareciera que uno hubiera nacido para eso: para salir al
encuentro de la poesía recorriendo las calles de una gran ciudad en días de
frio. Al igual que aquellas otras veces, del frio y de la oscuridad, no me
enteré. Solo me importó la poesía y escuchar el violín que no era, en esta
ocasión, el violín de Yanko sino el violín de Vicky. Mi vecina Vicky, que hoy tiene
19 años. Quizás en su joven corazón persiste la capacidad que tienen los niños
de aceptar como naturales propuestas insólitas. No lo sé. Quizás se trate de otra
cosa. De querer ofrecer. De brindar. De hacer que salga el sol a pesar de todo.
De coraje, entonces. De voluntad. El registro que pude hacer deja mucho que
desear. No tengo los elementos. Desde la vereda de enfrente, estando ella en el
segundo piso, todo parece jugarnos en contra. Su silueta casi no se ve en la
cámara pero si la miro con mis ojos la veo perfecto. Veo su carita y sus ojos
puestos en algo que me está vedado. Eso es el cielo, en todo su esplendor de
cielo cubierto de nubes que no le impiden a Vicky esbozar una sonrisa que lo
ilumina todo. Hoy la vecina del piso de abajo no salió. Pero el miércoles lo
hizo y quienes estábamos en la vereda de enfrente la vimos. Una persona grande
de andar lento. Salió al balcón a ver qué era eso… sin entender, primero,
vislumbrando después… La vimos aplaudir. Compartimos su alegría. Es necesario
educar mejor nuestros oídos y nuestros ojos. Para ver detrás de las ramas de
los árboles a los ángeles (los de más acá) cuando tocan el violín y para
escuchar lo que importa en medio de tanto bullicio. El “Puente negro” es una de
las primeras composiciones de Juan Cedrón. De ahí también que uno se quede
pensando en tantas y tantas cosas… En esto… en lo otro… Y en este sentimiento… de que lo bello de este día fue Victoria.
Cándida