viernes, 7 de agosto de 2020

Lo bello de este día fue Victoria


Hoy tuve la suerte de caminar unas pocas cuadras por esta ciudad para ir al encuentro de una poesía de García Lorca y de un violín. Imposible no recordar, en el camino, otros paseos, otra ciudad, otra poesía… Sucede que el destino se empeña a veces en repetir la escena. Con tanta tozudez que realmente pareciera que uno hubiera nacido para eso: para salir al encuentro de la poesía recorriendo las calles de una gran ciudad en días de frio. Al igual que aquellas otras veces, del frio y de la oscuridad, no me enteré. Solo me importó la poesía y escuchar el violín que no era, en esta ocasión, el violín de Yanko sino el violín de Vicky. Mi vecina Vicky, que hoy tiene 19 años. Quizás en su joven corazón persiste la capacidad que tienen los niños de aceptar como naturales propuestas insólitas. No lo sé. Quizás se trate de otra cosa. De querer ofrecer. De brindar. De hacer que salga el sol a pesar de todo. De coraje, entonces. De voluntad. El registro que pude hacer deja mucho que desear. No tengo los elementos. Desde la vereda de enfrente, estando ella en el segundo piso, todo parece jugarnos en contra. Su silueta casi no se ve en la cámara pero si la miro con mis ojos la veo perfecto. Veo su carita y sus ojos puestos en algo que me está vedado. Eso es el cielo, en todo su esplendor de cielo cubierto de nubes que no le impiden a Vicky esbozar una sonrisa que lo ilumina todo. Hoy la vecina del piso de abajo no salió. Pero el miércoles lo hizo y quienes estábamos en la vereda de enfrente la vimos. Una persona grande de andar lento. Salió al balcón a ver qué era eso… sin entender, primero, vislumbrando después… La vimos aplaudir. Compartimos su alegría. Es necesario educar mejor nuestros oídos y nuestros ojos. Para ver detrás de las ramas de los árboles a los ángeles (los de más acá) cuando tocan el violín y para escuchar lo que importa en medio de tanto bullicio. El “Puente negro” es una de las primeras composiciones de Juan Cedrón. De ahí también que uno se quede pensando en tantas y tantas cosas… En esto… en lo otro… Y en este sentimiento… de que lo bello de este día fue Victoria.




Cándida