Durante el año 2020, en un contexto de pandemia, algunas de las personas que colaboramos con este espacio intentamos buscar formas de comunicarnos y establecer relaciones que no fueran virtuales. Se trataba de pensar una alternativa tomando como rayado de cancha las normas sanitarias vigentes: no de transgredirlas sino de ver en ellas una oportunidad para indagar en lo todavía posible en este contexto. ¿Qué implicaba exactamente el aislamiento? ¿Vernos a través de las pantallas era la única manera de decirnos que éramos importantes unos para otros? Inspirados en experiencias que conocimos en países confrontados antes que nosotros a la pandemia, fueron surgiendo ideas. Así fue como en la fase más severa de la cuarentena algunos colgaron cuadros en sus balcones para que otros pudieran verlos cuando iban en búsqueda de un bien de primera necesidad. Ocurre que esos cuadros –a nuestro modo de ver– eran también un bien de primera necesidad. También se usaron ventanas y puertas para regalar algo de música a vecinos y vecinas. Los hubo que dirigieron sus propuestas más precisamente a niñas y niños. Y así. De a poco, fuimos conociendo otras experiencias, a veces en cuadras cercanas, a veces en otros barrios, otras ciudades, otros países. A medida que la situación sanitaria mejoraba, nuevas actividades fueron siendo posibles. Finalizado el año, sabemos que no nos quedará solamente el dolor sino también los aprendizajes que fuimos haciendo juntos. Publicamos aquí una selección de imágenes de este recorrido. A modo de saludo esperanzado.