A raíz de
iniciativas varias que se han tomado en estos días y de otras experiencias
anteriores, se me ocurrió poner una mesa de libros en la vereda. Todavía estoy
pensando la modalidad. Lo ideal sería el préstamo, que la gente se llevara y
volviera a traer una vez leído. Eso permitiría sacar a la calle algunos de los
libros para niños también. Y no solamente libros que son los que uno no está
tan apegado. O sea, no con la idea de “desprenderse” de algo que ya no tiene
valor para uno sino más bien con la idea de compartir y poner en circulación
algo que sí tiene valor. Podría haber música y quizás otros objetos. El
principio podría ser el de una biblioteca callejera (¿vagabunda?) pero quizás con menos
protocolos y promoviendo la relación de confianza entre vecinos.
Dejo la idea
y les pido no duden en compartirme sus reflexiones, sus ideas, su experiencia,
otras experiencias parecidas, etc.
Muchas
gracias.
Antonia