miércoles, 4 de julio de 2018

Fragmento de lectura


En efecto, ¿qué dicen los lectores? A menudo cuentan historias de fragmentos, de pedacitos que van recogiendo aquí o allá, a lo largo de los libros recorridos. “Mi itinerario como lector podría resumirse en veinte citas” dice Matoub, un gran lector. Evocan algunas páginas, una imagen, impactantes, con las que pudieron recomponer sus maneras de representar el mundo o redibujar sus contornos. Esos fragmentos fueron un viático para pensar su propia experiencia, darle un sentido. A veces, incluso, es una sola frase, anotada en un cuaderno o en la memoria, o incluso olvidada, lo que volvió el mundo más inteligible. Una sola frase que golpeó aquello que estaba como detenido, y lo devolvió a la vida.

A cualquier edad, los lectores escriben su propia historia entre las líneas que leen.
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Cuando leo (…) tomo tal pedacito, levanto la nariz, me lo llevo en mis pensamientos, lo combino con otros fragmentos. Con todos estos materiales en préstamo me hago un lugar donde vivir, donde –momentáneamente– no dependo de nadie. Al igual que el agente forestal, ya mencionado, borro todas las huellas frente a mi casa, me olvido de la mayor parte de lo que leí: no hice más que pasar por el texto. Y la lectura es también ese olvido.

Michèle Petit


Eloge de la lecture. La construction de soi, Paris, Belin, pp. 21-22.