Hoy se pudo seguir adelante con las acciones poéticas en el barrio. La
manzana quedó al resguardo de cuatro versos de Neruda, por sugerencia de una
amiga y vecina.
¿Es verdad que las esperanzas
deben regarse con rocío?
¿Cómo se llama la flor que vuela de pájaro en pájaro?
¿Cuántas preguntas tiene un
gato?
¿Las lágrimas que no se lloran
esperan en pequeños lagos?
Aunque esos versos
están especialmente dedicados a dos niñas que viven en esa manzana, quedarán
para el que pase. La experiencia de escribirlos generó encuentros
sorprendentes. Ayuda y consejo de una vecina maestra. Complicidad y sostén de
un vecino comerciante. Preguntas y asesoramiento de dos niños que pasaron. La manzana pareja... no es lo único que persiste en mi barrio....